AIMPLAS, Instituto Tecnológico del Plástico, y el Centro Tecnológico del Juguete (AIJU) están desarrollado nuevos compuestos plásticos conductores de la electricidad para reducir las interferencias electromagnéticas en dispositivos de comunicación, y facilitar las descargas electroestáticas en equipos de transporte y envase a gran escala.
Estos nuevos compuestos plásticos, que se encuentran en fase de desarrollo, podrían evitar las explosiones en depósitos de mercancías peligrosas pues pueden descargar la carga electrostática, principal causante de explosiones e incendios en estos contenedores.
Además, estos nuevos materiales también podrían facilitar que los aparatos electrónicos, pudieran ser utilizados en los aviones, sin miedo a poder interferir en los dispositivos de navegación y de comunicación de los mismos, ya que estarían contenidos en carcasas plásticas que filtrarían las radiaciones electromagnéticas perturbadoras. Otra posible aplicación sería la de obtención de carcasas para equipos médicos para la monitorización de los enfermos, ya que estos dispositivos son muy sensibles a las radiaciones electromagnéticas externas.
Según explica Luis Roca, responsable del proyecto “NANOCARB” en AIMPLAS, estos plásticos podrían ver mejoradas sus propiedades eléctricas de 10.000 a 100.000 veces, pudiendo ser aplicados a diferentes sectores industriales como la automoción (disipación de carga estática en los vehículos, disminución de riesgo de explosiones en los conductos de combustible) sanidad (obtención de carcasas de protección anti-interferencias), envases, y el eléctricoelectrónico (obtención de laminas conductoras enfocadas a energía solar) y de otros bienes de consumo.
El proyecto tiene 2 años de duración y se encuentra en la fase 1. Los expertos calculan que en 2-3 años podrá haber en el mercado productos fabricados con estos nuevos materiales. Este proyecto está financiado por el IMPIVA con 181.190 euros bajo el Programa de Ayudas a Centros Tecnológicos y cofinanciado por los Fondos FEDER.
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